Patricia Lucía
Pérez Martínez

Las pipas viven
en los girasoles

Cuando Carlos Augusto descubrió de dónde vienen las pipas que frecuentemente compra en el kiosco en una bolsita flipó.

Fue un día, en una invitación de unos amigos que tienen huerto cuando descubrió que:  “Las pipas viven en los girasoles”. Era la primera vez que veía los girasoles tan cerquita y pudo examinarlos como nunca antes.

Pudo tocar las pipas aún por crecer dentro del girasol, sentir su textura y a la vez admirar los pétalos amarillos del borde circular. Por un instante el girasol también se le pareció a un gran ojo que lo miraba. Pensó en el sol, pero también en los muchos ojos de las moscas.

Desde ese día se pregunta con frecuencia: ¿De dónde viene esto que estoy comiendo? Y por supuesto, les contó a sus primas y primos lo que había visto. Fue muy interesante porque ayudó a ensanchar la mirada del origen de los alimentos, en niños y adultos.

Desde entonces también aprendió y compartió el hecho cierto del lugar donde crecen las semillas que ve en la despensa, en las tiendas, en la herboristería y en las casas de sus amigos. Ese lugar maravilloso que es nuestra tierra.

Reconocer el origen de los alimentos y seguir la pista de sus procesos, hasta que llegan a nuestras manos es una actitud muy ecológica y acorde a las necesidades de nuestros tiempos. Juntos cuidamos al planeta y su tierra. Colaboramos con los agricultores, hortelanas y a la biodiversidad, siempre que tenemos la posibilidad de adquirir alimentos con poca huella ecológica; esto quiere decir, con poco procesamiento que aumente los costos de producción y en ese ínterin se generen más tóxicos para el planeta.

¿Conoces la huella ecológica de los alimentos de tu despensa? ¿Se te ocurren alternativas para reducir esta huella ecológica en tu vida?